Esta dieta proviene de las zonas colindantes al mar mediterráneo, de ahí su nombre. Y nació gracias a que estos pueblos coinciden en sus ingredientes típicos.
Las recetas de la dieta mediterránea son muy de la onda de comer y compartir en familia, en su mayoría utilizan técnicas de cocina sencillas y muy tradicionales, aprovechando ingredientes de temporada.
Que NO puedo comer
No es tanto de que no se puedan comer, pero se recomienda disminuir lo más que puedas: carnes rojas; y grasas saturadas como la mantequilla.
Y como en toda dieta, debes tratar de evitar azúcares y todo lo que sea dulces y chucherías.
Que SÍ puedo comer
Frutas y verduras; legumbres como frijoles, habas, garbanzos y lentejas. Pescados, carnes blancas, pasta, arroz y frutos secos. Y para cocinar, por supuesto, aceite de oliva.

¿Qué tan efectiva es?
Cada año en algún lugar del mundo se reúnen expertos en dieta y nutrición valorando todas dietas que están de moda en ese momento y, con estudios y pruebas, se enlistan de acuerdo a cuales son las más efectivas.
La dieta mediterránea, lleva casi una década en el primer lugar (da clic aquí, por si no me creen jeje), y es que es más fácil de seguir, dado que no tiene tantas restricciones, y se complementa con que, el ejercicio que necesitas hacer es mínimo, 30 minutos, por 5 días a la semana (puedes hacer más pero depende de tus objetivos).
Esta dieta no solo sirve para bajar o mantener tu peso, sino que te ofrece una vida más saludable, pues ayuda a fortalecer los huesos y el corazón.
Además es una dieta recomendada para diabéticos (recuerda que si tienes una enfermedad como esta, tu dieta debe estar regulada por un nutriólogo que evalué constantemente tu estado físico, con ayuda de estudios para qué cualquier variación la puedas controlar).

¿Con qué ejercicios complemento mi dieta?
Se aconsejan ejercicios de leves a moderados, como marcha, trotar o correr, natación y ciclismo. Pero puedes hacer otras actividades y deportes, siempre y cuando seas constante.
Riesgos
Como siempre mi recomendación es que cheques tu estado físico con un doctor cada 3 o 6 meses, para valorar que los cambios en tu dieta no te afecten negativamente. Esta dieta es baja en hierro y calcio, por lo que podrías necesitar algún suplemento (pero no te automediques).
Créditos por las fotos: Tania Mousinho, Brooke Lark, Ella Olsson on Unsplash
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