Definitivamente las galletas de mantequilla son una de las maravillas del mundo. Con pocos ingredientes puedes lograr un postre sencillo que todos aman.

Esta es una de las recetas que más me gustan y da resultados perfectos, y si las extiendes con ayuda de un par de hojas de papel para horno o tapetes de silicón, aún mejor.

Ingredientes

• 1/2 taza de mantequilla, a temperatura ambiente (también conocida como mantequilla pomada, por su consistencia)
• 1/2 taza de azúcar refinada
• 1 huevo, batido
• 1 cucharadita de esencia de vainilla
• 1 3/4 taza de harina de trigo
• 1 cucharada de ralladura de limón (opcional)
• 1/2 cucharadita de sal

Preparación

Precalienta el horno a 180°C (350 F).

Mezcla en un recipiente la mantequilla con el azúcar hasta que esté muy suave y esponjosa, puedes ayudarte con una batidora de mano.

Agrega el huevo y la esencia. Remueve hasta incorporar.

En un tazón aparte mezcla harina de trigo, la sal y si deseas agregar, la ralladura. Agrega esta mezcla poco a poco, al recipiente con la mezcla de mantequilla.

Esta receta no necesita tiempo de refrigeración 🙂

Extiende la masa con un rodillo a 5 mm de grosor (1/8 inch). Corta con la forma que desees. Puedes hacer la masa de nuevo en una bola y extender hasta terminar con ella.

Por este paso, recomiendo el papel para hornear o las hojas de silicón, así no agregarás harina entre cada estiramiento, la masa no se secará y podrás terminar sin que cambie la consistencia.

Coloca en una bandeja (engrasada y enharinada o forrada con papel para horno), distribuye las galletas con una pulgada de espacio entre ellas. Hornea de 6 a 8 minutos. Sabrás que están listas si los bordes esté ligeramente dorados, recuerda que las galletas no están completamente duras al salir del horno, así que deja enfriar mínimo 10 minutos y después retira de la bandeja.

Si deseas decorarlas puedes usar glaseado real o royal icing. Deja secar mínimo por 12 horas, para asegurar que no vaya a haber algún desastre.

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